martes, 13 de abril de 2010

Mitomanía: ¿Sólo miserias que esconder?




Mitomanía: ¿Sólo miserias que esconder?


¿Por qué mentimos? Un niño o joven pueden mentir para evitar un castigo o sanción y un adulto puede mentir para evitar una responsabilidad, para justificar sus actos, manipular situaciones o para ¡evitar una sanción!.. Te suena conocido el típico “La última y nos vamos”, “Llegue tarde porque hubo un accidente de tráfico” “Tuve que llevar a mi abuelita al hospital” “La próxima quincena te devuelvo el dinero”, pero también están esas otras personas que te inventan toda una ficción o mundo alterno, tienden a desfigurar mentirosamente la propia idea que tiene de sí mismo, magnificándola (delirio de grandeza) o simplemente disfrazando unos humildes orígenes con mentiras de todo tipo, de forma que llega realmente a creerse su propia historia y se establece una gran distancia entre la imagen que tiene la persona enferma de sí mismo y la imagen real: esto es la mitomanía.

Retrato del mitómano…

Las mentiras dan un sentimiento de revalorización cuando no tiene la posibilidad de poner remedio a su imagen distorsionada, aunque al mentir, afecte a otros.
La persona mitómana, se refugia en la ficción para evitar el mundo real, sus responsabilidades, o para dar una imagen ventajosa de sí misma, que le permita entrar en su sociedad, “la sociedad deseada”. Tiene temor del mundo real, y no obstante desea ocupar un lugar en él, así que se cuela en su interior fabricándose la imagen que su entorno espera. Esta es la razón de que los temas de la mitomanía sean los de nuestra propia existencia:

• Éxito social
• Viajes
• Capacidad Intelectual o proezas
• Proezas físicas
• Proezas sexuales
• Pequeños logros cotidianos
• Cautivadoras sensaciones o experiencias espirituales

En el momento en que cuenta su fábula, experimenta el sentimiento que provoca la imagen que su relato transmite de sí mismo, como si estuviera suministrándose una dosis de droga a su organismo, la requiere para sentirse en éxtasis.



Causas

La carencia afectiva se encuentra en el centro de estas ficciones de compensación. Ella es la causa principal de la mitomanía, que sin embargo, puede agravarla: es una defensa fallida.
En la mitomanía, la persona colma en un instante con palabras, el desierto afectivo que experimenta. La persona mitómana cree estar volando en el instante que representa el sainete de su deseo, pero el aterrizaje es triste, y como sucede con todas las drogas, muy pronto habrá que renovar la dosis y cada vez la dosis tendrá que ser más grande, porque el organismo se hace tolerante.
Cuando lo real resulta pavoroso, cuando las relaciones afectivas o sociales son peligrosas o humillantes, la fantasía permite que la persona se proteja del mundo exterior sometiéndose al mundo que inventa, es por esto, que detrás de la mitomanía se esconde un mundo de miseria afectiva, en donde la persona es prisionera del mundo que se ha inventado.
¿Qué hacer?
Aunque detrás de la mitomanía se encuentre un pasado de carencia afectiva, el adulto mitómano tiene que reconocerse como una persona enferma que daña a otras personas con sus actos y mentiras, ya que tiene componentes sociópatas, paranoicos, y narcisistas, es decir, puede lastimar física o moralmente a otros sin sentir compasión o remordimiento, tiene ideas de grandiosidad, y siente que el mundo gira a su alrededor, que las personas le aman o le odian, que su presencia es indispensable. De manera que cuando tienen un objeto de amor, se apropian de él y se sienten con la autoridad dentro de su mundo distorsionado para hacer lo que consideren necesario para mantenerlo, aunque ello implique la propia destrucción del objeto de amor.
Esto implica acciones activas y no contemplativas, ya que “no son cosas pasajeras” una persona mitómana es capaz de ejercer acoso moral por años sobre personas e incluso sobre comunidades.
¿Por qué no confrontas a esa persona que sabes que su decir no coincide con sus actos o con su vida? ¿Por qué no te alejas de esa persona si sospechas que ha estado ocasionando caos en tu vida o que ha estado provocando conflictos en la vida de las personas a las que amas?
Una persona mitómana tiene una personalidad cautivadora, realmente nos gusta estar cerca de esa persona, es agradable, e incluso es ¡atractiva o atractivo! ¿Te has preguntado? ¿Qué emociones despierta en ti con sus fábulas? ¿Te sientes especial, diferente, excepcional? ¿Te agrada estar cerca de una súper estrella, de alguien que viaja al Vaticano cada año, y se ha ido de compras con Paris Hilton? ¿Cómo te sientes al tener que ser la rescatadora o el rescatador de una víctima constante? y más si esa víctima fue duquesa o ex millonario que perdió toda su fortuna por un fraude millonario de su malvado hermano gemelo, Ahora tú tienes la oportunidad de ser el héroe o la heroína de la película y rescatar a esa hermosa persona.
¿Te has dado cuenta que el mitómano crea una fábula, una historia, personajes, y nosotros, muchas veces, aceptamos el rol o personajes que nos asigna, porque también encontramos una ganancia, nosotros si estamos en la realidad, aceptamos creerle su mentira, aunque ello implique perdidas…
¿Qué hacer? Primero un examen de autoconciencia sobre mis propias necesidades y prioridades, ¿qué obtengo yo de esta persona, con esta relación o vínculo? ¿Cómo me hace sentir? ¿Cómo me beneficia? Para poder tomar la decisión de alejarme de esa persona.

miércoles, 7 de abril de 2010

Adicción afectiva




Cuando el amor obsesivo se dispara, ¡nada parece detenerlo!. Ni el sentido común con la ayuda del psiquiatra y tu dosis de prozac para el control de la depre y el manejo de la ansiedad, la psicoterapia gestalt, aromaterapia, hipnosis....¡Ni magia ni terapia!.

La adicción afectiva parece ser el peor de los vicios, ya que la persona que depende afectivamente de otra va anulando poco a poco su propia identidad, su dignidad, autorespeto y la esencia de uno mismo son ofrendados y regalados irracionalmente.

¿Cómo se manifiesta la adicción afectiva? Los activo-dependientes pueden volverse celosos e hipervigilantes, tener ataques de ira, desarrollar patrones obsesivos de comportamiento, agredir físicamente o llamar la atención de manera inadecuada, incluso mediante atentados contra la propia vida.
Los pasivo-dependientes tienden a ser sumisos, dóciles y extremadamente obedientes para intentar ser agradables y evitar el abandono. El repertorio de estrategias retentivas, de acuerdo con el grado de desesperación e inventiva del adicto, puede ser diverso, inesperado y especialmente peligroso.

Otra foma desgastante de adicción afeciva consiste en aquellas y aquellos que tratan de comprender el mundo mirándolo a través de los ojos de la persona amada, el goce de la vida se reduce a la del otro, queda anulada totalmente la identidad y dignidad de la persona adicta.

La adicción afectiva enferma, mutila, incapacita, elimina criterios, degrada y somete, deprime, genera estrés, asusta, cansa, desgasta y, finalmente, acaba con todo residuo de humanidad disponible.

El amor libera, no esclaviza, ni destruye.

lunes, 5 de abril de 2010

Reflexión sobre victimización infantil




¿Sabías que a penas un 10 ó un 20% de los casos de maltrato infantil sale ala luz?.
El temor, la sensación de culpabilidad, sus sentimientos ambivalentes hacia su agresor, su corta edad y las barreras estructurales con las que tropiezan, les impiden expresar las brutalidades que sufren.

Sin embargo, los datos que se conocen, que si salen a la luz, muchas veces a través de los medios de comunicación, han llegado en términos de cifras de morbilidad, mortalidad, humillación y daño emocional que provoca en los y las menores de edad.

Estas cifras y los lamentables casos que han surgido en nuestra sociedad, deben ser un importante motivo de
preocupación y ocupación para todos nosotros, y particularmente para quienes estamos encargados de la salud y protección infantil.

Hay días en los que me pregunto si estoy haciendo "algo" para que se promueva el respeto a nuestros pequeños y pequeñas. Si como ciudadana estoy proponiendo, insistiendo e incluso presionando para que mejoren las leyes que deben de resguardar su vida y dignidad, si realmente estoy defendiendo esta trinchera que he elegido defender o solo hago un trabajo, llenar un expediente, entregar cifras, resultados, etc.

¿Qué hacer para sentar las bases de una sociedad que de un trato justo y dignos a la vida de niños y niñas? ¿Cómo protegerles de la violencia que muchas de las veces viven en sus propios hogares?...

Tomar conciencia del mundo aldultista en el que vivimos, en donde se da prioridad a las opiniones y acciones de los adultos, tratar de adelantar su desarrollo evolutivo llenandolos de actividades extraescolares con escaso tiempo para que sean niños y niñas...

Entender que las necesidades de los y las menores de edad son diferentes a las nuestras y que es nuestra responsabilidad proveer de los medios necesarios para satisfacerlas y a la vez brindar una estructura que establezca límites claros y guíen su desarrollo. Aceptar que todo niño y niña de nuestra sociedad, son "nuestros", no sólo es responsabilidad de quien le procrea, tenemos que entender y abrazar la idea de que cada ser humano y humana en este planeta es un otro que tiene cualidades similares a las mías, que posee derechos a una vida digna y respetuosa, y que cuando una vida es violentada, no es cuestión solo de los padres o del DIF o de la policía, cada uno de nosotros y nosotras podemos formar una red de protección infantil, educando a quien lo requiera y denunciando a quien violente a los más indefensos de nuestra sociedad.


Tipología de la victimización a infantes

Victimizaciones extraordinarias.- Les suceden a un número muy reducido de menores de edad, pero atraen
mucho la atención. Estas victimizaciones incluyen los homicidios, secuestros y violaciones a manos de extraños.

Victimizaciones agudas.- Son más frecuentes; les pasan a una minoría considerable de menores de edad y cada
vez se les presta más atención. Entre ellas figuran el maltrato físico activo, el abandono o negligencia
como maltrato físico pasivo o por omisión, el maltrato emocional, el secuestro familiar y el abuso sexual.

Victimizaciones pandémicas.- Les ocurren a la mayoría de los niños en el curso de su desarrollo. Incluyen la agresión a manos de iguales y de hermanos, el castigo físico, el hurto y el vandalismo.