lunes, 5 de abril de 2010

Reflexión sobre victimización infantil




¿Sabías que a penas un 10 ó un 20% de los casos de maltrato infantil sale ala luz?.
El temor, la sensación de culpabilidad, sus sentimientos ambivalentes hacia su agresor, su corta edad y las barreras estructurales con las que tropiezan, les impiden expresar las brutalidades que sufren.

Sin embargo, los datos que se conocen, que si salen a la luz, muchas veces a través de los medios de comunicación, han llegado en términos de cifras de morbilidad, mortalidad, humillación y daño emocional que provoca en los y las menores de edad.

Estas cifras y los lamentables casos que han surgido en nuestra sociedad, deben ser un importante motivo de
preocupación y ocupación para todos nosotros, y particularmente para quienes estamos encargados de la salud y protección infantil.

Hay días en los que me pregunto si estoy haciendo "algo" para que se promueva el respeto a nuestros pequeños y pequeñas. Si como ciudadana estoy proponiendo, insistiendo e incluso presionando para que mejoren las leyes que deben de resguardar su vida y dignidad, si realmente estoy defendiendo esta trinchera que he elegido defender o solo hago un trabajo, llenar un expediente, entregar cifras, resultados, etc.

¿Qué hacer para sentar las bases de una sociedad que de un trato justo y dignos a la vida de niños y niñas? ¿Cómo protegerles de la violencia que muchas de las veces viven en sus propios hogares?...

Tomar conciencia del mundo aldultista en el que vivimos, en donde se da prioridad a las opiniones y acciones de los adultos, tratar de adelantar su desarrollo evolutivo llenandolos de actividades extraescolares con escaso tiempo para que sean niños y niñas...

Entender que las necesidades de los y las menores de edad son diferentes a las nuestras y que es nuestra responsabilidad proveer de los medios necesarios para satisfacerlas y a la vez brindar una estructura que establezca límites claros y guíen su desarrollo. Aceptar que todo niño y niña de nuestra sociedad, son "nuestros", no sólo es responsabilidad de quien le procrea, tenemos que entender y abrazar la idea de que cada ser humano y humana en este planeta es un otro que tiene cualidades similares a las mías, que posee derechos a una vida digna y respetuosa, y que cuando una vida es violentada, no es cuestión solo de los padres o del DIF o de la policía, cada uno de nosotros y nosotras podemos formar una red de protección infantil, educando a quien lo requiera y denunciando a quien violente a los más indefensos de nuestra sociedad.


Tipología de la victimización a infantes

Victimizaciones extraordinarias.- Les suceden a un número muy reducido de menores de edad, pero atraen
mucho la atención. Estas victimizaciones incluyen los homicidios, secuestros y violaciones a manos de extraños.

Victimizaciones agudas.- Son más frecuentes; les pasan a una minoría considerable de menores de edad y cada
vez se les presta más atención. Entre ellas figuran el maltrato físico activo, el abandono o negligencia
como maltrato físico pasivo o por omisión, el maltrato emocional, el secuestro familiar y el abuso sexual.

Victimizaciones pandémicas.- Les ocurren a la mayoría de los niños en el curso de su desarrollo. Incluyen la agresión a manos de iguales y de hermanos, el castigo físico, el hurto y el vandalismo.

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